Nocedo de Gordón
> Localización.
La localidad de Nocedo se encuentra a una distancia de unos 5 km. de la capital del concejo, La Pola. Su asentamiento urbano se levanta en las estribaciones de la peña de Fontañán, en su falda, y lo hacen ya en suave declive orientándose al saliente.
Recibe Nocedo, por su ubicación, las sombras vespertinas de Fontañán que alivian los calores de las tardes del estío y convierten el paseo por la localidad en una agradable fresquera. Y es que esta peña es un referente, pues, además de enviarle sus cristalinas aguas, le permite, a su cobijo, la existencia de una exuberante y variada vegetación que rodea todo el entorno.
A los pies de la localidad se abre su “vega”, en otros tiempos labrada, y por su centro discurren las aguas del río Bernesga que más tarde, y paralelamente, acompañaron la carretera y la vía ferroviaria que dan paso a Asturias. Y es en las proximidades del Santuario de la Virgen del Buen Suceso, patrona de Gordón, donde hemos de desviarnos para llegar a Nocedo, pues esta población se esconde detrás de una cortina de árboles que cuando están cargados de hojas disimulan su existencia.
> Etimología.
Etimológicamente el topónimo “Nocedo” deriva de “Nocetum”, cuyo significado es “lugar de nogales” o “abundantes nogales.
> Historia.
De lo remoto del asentamiento de esta localidad en el espacio que hoy ocupa, dice mucho la espadaña de la antigua iglesia, a cuyos pies se encuentra ahora el “Campo Santo”, en la parte más baja de la localidad. Espadaña que bien pudiera datarse, sin gran error, como del s. XIV, lo que la lleva a glosar la relación de las construcciones eclesiásticas más antiguas del concejo.
La iglesia parroquial es otro de los monumentos más relevantes de Nocedo y Escobar la califica como “iglesia de graciosas líneas”. Se levanta sobre una nave con dos cuerpos, siendo el más elevado el del presbiterio rematado por bóveda de crucería, y separando ambos, un arco toral de medio punto realizado en sillería. A los pies lleva espadaña de tres cuerpos. Es evidente su datación que se nos muestra en un medallón donde en letra uncial se lee: SE HIZO ESTA OBRA SIENDO CURA DON FRANCISCO GARCIA ARIAS. Año 1855.
La desaparición de una ermita en el paraje conocido como “Los Vallinos” y dedicada a San Bartolomé, no se remonta más atrás de mediados del siglo XIX, conservándose la imagen del santo a buen recaudo en la iglesia parroquial.
El espacio urbano se somete, por lo general, a la arquitectura popular, resaltando las construcciones tradicionales de esta zona, edificación en piedra, usando la del país una caliza gris perla, cubiertas con armantes de madera que vierten a dos aguas y teja árabe y en algunos casos, aún se conservan los corredores o galerías de madera.
Pero es de destacar por lo que tiene de excepcional, pues es único caso conocido en el concejo, a un hijo de esta localidad que nació en ella en el s. XVII (año 1623), se trata de Santiago Llanos Juárez, hijo que fuera de Juan de Llanos y María Juárez, siendo sus abuelos paternos Diego de Llanos y Leonor Gutiérrez y sus abuelos maternos Pedro Juárez Mediavilla e Isabel Juárez, de este hijo de Nocedo se conserva en el Archivo de la Catedral de León su expediente de Limpieza de Sangre, en el que actúa como juez instructor Alonso Gregorio de Iglesias y como notario Francisco García Vozmediano y los lugares de la instrucción son Nocedo, La Pola de Gordón y Huergas, pretendiéndose con dicho expediente, previo a integrarse en el cabildo catedralicio, su condición de canónigo de la catedral de León.
Texto: Don Pío Cimadevilla Sánchez.